30.9.15




Alejandría se aleja; extraña mi querencia con esta ciudad. Al poco las casa del malecón -tan bajo- se habían perdido tras los bosques de palos; Alejandría ya era un barco.

Entérate, sólo la superficie puedes cambiar. Lo demás, lo más profundo no puedes sino olvidarlo; y por poco tiempo. No dejarás de ser lo que eres.

Encontrar en mí algo sólido y estable. Pisar sobre esa dura roca que cada uno de nosotros debe llevar dentro.

El molino de hierro al atardecer, como un reloj sin agujas, luchando por abolir el tiempo.

Se diría no ya  que hubiesen abolido el tiempo, sino que habían penetrado en el ritmo del tiempo.

Hay momentos en que uno ve mejor; en que las cosas adquieren de repente un relieve singular; otra definición de su volumen y su tacto, como si se hubiera regulado mejor el telescopio.

El caballero Estratis el marino afirma que, habiendo abolido el pesimismo, ha tomado la decisión de trabajar desde ahora para el milagro. Sostiene que los milagros ocurren (están en nuestra vida) si se preparan con amor y mucha paciencia, en el momento en que ya has olvidado que pueden producirse. No lo entiendo muy bien. Insiste en que ésa es su poética.

Hay quienes "consideran" que el poeta posee imaginación, es decir, que es una nube brincando sobre otra nube. La verdad es que el poeta reproduce la vida mucho más de cerca de lo que la ven los otros. Tan de cerca que el objeto representado (del natural) se diluye. En cierta ocasión vi al microscopio la sección de una espina de erizo de mar. Se trataba de un sabio y elaborado bordado del tamaño de una moneda. ¿Qué fue del erizo?

Es inconcebible cómo se parecen las personas unas a otras. Diferentes caracteres, diferentes reacciones, tal vez, pero en el fondo dos o tres obsesiones que hacen funcionar toda su lógica. Si consigues aislar esas obsesiones (y no es difícil) puedes decir de antemano lo que van a pensar toda su vida.

El sentimiento real, tangible, horroroso de que la razón no puede ejercer influencia alguna sobre nadie, de que la razón es sinrazón.

El arte crea; crea el mundo. La naturaleza es para aquél una nebulosa; la cuestión es sacar de esa nebulosa una estrella.

Yorgos Seferis
Días 1925-1968