26.5.11


 Dimensions I, 1980. Manfred Mohr



Vacío

La idea de descentramiento es en efecto mucho más importante que la de vacío. Esta última es ambigua: determinadas experiencias religiosas se las arreglan muy bien con un centro vacío (ya sugerí esta ambigüedad a propósito de Tokio, al señalar que el centro vacío de la ciudad estaba ocupado por el palacio del emperador). También en este punto hemos de rehacer incansablemente nuestras metáforas. En primer lugar, lo que nos horroriza de lo lleno no es solamente la imagen de una sustancia última, de una compacidad indisociable, sino también y antes que nada (al menos para mí), la idea de una forma mala: lo lleno, subjetivamente, es el recuerdo (el pasado, el Padre); neuróticamente, la repetición; socialmente, el estereotipo (que florece en la llamada cultura de masas, en esta civilización endoxal que es la nuestra). En el extremo opuesto, lo vacío no debe concebirse (figurarse) bajo la forma de una ausencia (de cuerpos, de cosas, de sentimientos, de palabras, etc.: la nada), sino que, en este caso, somos algo víctimas de la antigua física; tenemos una idea algo química del vacío. El vacío es más bien lo nuevo, el retorno de lo nuevo (que es lo contrario de la repetición). Recientemente, en una enciclopedia científica (mi saber no llega mucho más lejos) he leído la explicación de una teoría física (la más reciente, según creo) que me ha dado cierta idea de ese vacío en el que pienso (cada vez creo más en el valor metafórico de la ciencia); se trata de la teoría de CHEW y MANDELSTRAM (1961), que se conoce como teoría de bootstrap (el bootstrap es la tirilla de la bota que sirve para sacársela e, idiomáticamente, la ocasión de un proverbio: levantarse a sí mismo tirando de las propias botas); cito: "Las particulas que existen en el universo no habrían sido engendradas a partir de ciertas partículas más elementales que otras (queda así abolido el espectro ancestral de la filiación, de la determinación), sino que representarían el balance de fuertes interacciones en un momento dado (el mundo: un sistema de diferencias siempre provisional). Dicho de otra manera, el conjunto de las partículas se engendraría a sí mismo (self-consistance)." Ese vacío del que hablamos sería, en suma, la self-consistance del mundo.


Roland Barthes
Digresiones