2.6.13



Un pozo con dos escalones. Lo vi a distancia, a un lado de la carretera. Se torno una imagen omnipresente.




A veces, en el campo, o a la entrada de los sitios por donde se va pasando se levantan construcciones de paredes altas y por detrás, en dirección al cielo, se elevan delgados árboles silenciosos y de poca sombra. Ahí reposan personas que tienen nombres parecidos y a veces diferentes.




Una escalera que confiere al plano de la pared un movimiento que hasta entonces no tenía.
Se diseña virtualmente el permanente desplazamiento a lo largo de una vertical, de un punto imaginario, cruzándose la mirada con la pared.
Si admitiéramos que, a pesar de todo, todo arte es esencialmente realista, será a través de un desplazamiento del lugar de la verdad, de un territorio de lo "adquirido" para o de lo "ambiguo", que podremos esperar la recuperación del sentido.




Viajar e ir pasando por plazas vacías con sombras en las esquinas. En el centro, un lugar de rumores. Una fuente. Alrededor, ojos silenciosos en bancos y un tiempo que solo pasa porque las sombras van mudando de color hasta que llega la noche.

Pedro Cabrita Reis