6.1.14


Serie Ánima, 2013. Ernesto García.


A menudo los árboles tiemblan. Recogemos las hojas. Tienen una cantidad enorme de nervaduras. ¿Para qué? Ya no hay nada más entre ellas y el árbol, y nos dispersamos, molestas.
¿No podría proseguir la vida en la tierra sin viento? ¿O es que todo tiene que temblar siempre, siempre?
También hay movimientos subterráneos, y en la casa una especie de cólera que aparece delante de tí, como seres adustos que quisieran arrancar confesiones.
No se ve nada, excepto lo que importa bien poco ver. Nada, y sin embargo temblamos. ¿Por qué?

Henri Michaux
Le escribo desde un país lejano.


Cuando la puerta se acuerda
cuando la mesa se acuerda
cuando la silla el armario el aparador la ventana
                                                     se acuerdan
cuando se acuerdan intensamente
de sus raíces
de sus savias
de sus hojas
de sus ramas
de todo lo que en ellos habitaba
de los nidos y las canciones
de las ardillas y los monos
de la nieve y el viento
- un escalofrío recorre la casa
que vuelve a ser bosque.

Hamid Tibouchi
Extracto de Un árbol solo, 1951.


Bosque
Dentro del simbolismo general del paisaje, el bosque ocupa un lugar muy caracterizado, apareciendo con gran frecuencia en mitos, leyendas y cuentos folklóricos. Su complejidad, como la de otros símbolos, redunda en los diversos planos de significado, que parecen todos ellos corresponder al principio materno y femenino. Como lugar donde florece abundante la vida vegetal, no dominada ni cultivada, y que oculta la luz del sol, resulta potencia contrapuesta a la de éste y símbolo de la tierra. La selva fue dada como esposa del sol por los druidas. Dada la asimilación del principio femenino y el inconsciente, obvio es que el bosque tiene un sentido correlativo. Por ello, puede afirmar Jung que los terrores del bosque, tan frecuentes en los cuentos infantiles, simbolizan el aspecto peligroso del inconsciente, es decir, su naturaleza devoradora y ocultante (de la razón). Zimmer señala que, por contraste a las zonas seguras de la ciudad, la casa y el campo de cultivo, el bosque contiene toda suerte de peligros y demonios, de enemigos y enfermedades, lo cual explica que los bosques fueran los primeros lugares consagrados al culto de los dioses, suspendiéndose en los árboles las ofrendas (estaca de sacrificio).

Juan Eduardo Cirlot
Diccionario de símbolos