Espero de una
obra literaria una novedad para mí, algo que, aunque sólo escasamente, produzca
un cambio en mí; algo que me vuelva consciente de una todavía no pensada,
todavía no consciente posibilidad de la realidad; una nueva posibilidad de
mirar, de hablar, de pensar, de existir. (…) Espero de la literatura que rompa
todos los aparentemente definitivos conceptos del mundo.
Peter Handke
Soy un habitante
de la torre de marfil, 1967.
Mujeres de Dresde - La cabeza, 1990. Georg Baselitz