17.1.19

Retablo de la excolegiata de Nuestra Señora del Manzano, Castrojeriz


Te cuento esto porque una conversación es un viaje, y es el miedo lo que le agrega valor. Llegas a entender el viaje porque has tenido conversaciones, no al revés. ¿Cuál es el miedo dentro del lenguaje? Ningún accidente del cuerpo puede hacer que deje de arder.

El viento que mueve las nubes nos llama a través de nuestro sueño: nos levantamos demasiado temprano, nos miramos uno al otro, nos ponemos en marcha de nuevo. Es un secreto a voces entre los peregrinos y otros teóricos de esta vida viajera, que te vuelves adicto al horizonte.

La luz es asombrosa, un martillo. El horizonte nunca más cercano. Las colinas cambian nuevamente de color: oro, oro oscuro y oro más oscuro. Los campos enteros no son más que losas de este suelo dorado, fragmentados en trozos para el cultivo, como si el enorme altar de Castrojeriz se hubiera derrumbado literalmente sobre León.

Sería una historia de amor casi perfecta, ¿no? Esa entre el peregrino y el camino. Sin duda, es una cosa hermosa el camino. Se extiende lejos de tí. Te conduce hasta el oro real: mira como brilla. Y sólo pide una cosa. Que resulta ser precisamente aquello que anhelas dar. Das un paso al frente. Te estremeces en la luz. No queda nada en ti salvo el deseo de esa economía de acción perfecta, usando todo el corazón, sin residuos, sin ningún error: camino. Sería tan simple como el agua, ¿no? Si existiera tal cosa como una simple acción para animales como nosotros.
Los peregrinos eran personas que con gusto se quitaban la ropa, que estaba en llamas.

La meseta está más fría de lo esperado. Las distancias demoledoras. El horizonte golpea los ojos.
Todo es oro. No puedo describir el oro. Te he mostrado las fotografías (¿no es cierto?) pero no le hacen justicia. Apenas lo adviertes. Algo está llegando por la periferia del trigo, galopando la llanura como un jinete, te detienes escuchas, comienzas a girar... ¡no lo hagas!
Se han apoderado de la vida, ésa es la verdad.

Anne Carson
Tipos de agua. El Camino de Santiago