31.10.24

Henri Michaux




Una pintura de Michaux no es un objeto bien terminado, bien sepultado en su marco, porque no está separada de los gestos que la han hecho aparecer: no está separada del fondo cuya energía continúa haciéndola vibrar.

Nos pone a trabajar.

El espacio está liberado: percibimos tanto su volumen como su campo. no se mira ya la pintura, se la piensa. 

Somos una escritura que no "dice" nada porque no está separada de lo que dice. Es el lugar y también es el elemento de ese lugar.

No se lee un elemento, se entra en él y él nos lleva.

Como a la mirada la lleva el espacio que ella es.


Bernard Noël

Diario de la mirada