La insatisfacción entró en el trabajo que has hecho durante los últimos cinco años. No son problemas que haya que resolver, porque en pintura nunca se resuelve nada. Es una cadena continua que a veces no va en una sola línea, sino que va en una línea serpenteante o en caminos torcidos, desvíos, que hay que investigar. Me sentí como un explorador que casi llega a la cima del Everest y, de alguna manera, se detiene justo a tiempo y se acuerda, y piensa, bueno, quizás olvidé algo de equipo. Pero al bajar a recuperar ese equipo tomé algunos caminos secundarios que parecían emocionantes y llenos de posibilidades. ¿Qué equipo me faltaba? Era un contacto más fuerte con el espesor de las cosas. Supongo que reaccionaba en contra de ser demasiado imaginativo y quería que todo viniera de las cosas. El veteado de la madera, el tacto de la piedra, la corrupción del mundo, la violencia del mundo. Nada nuevo. Quería parecerme más al arte del pasado que me gustaba. Quiero decir que a un cuadro "Montaña" no le importa si 500 espectadores caen por un acantilado. Sabes que está ahí. Y así es.
Cuando empecé este cuadro hace unos días, me fue bien, casi lo terminé en un día. Pero llegué más tarde esa noche y, bueno, me gustaba la parte izquierda, no me gustaba la parte derecha. Así que empecé a cambiar la parte derecha. Sucedió algo que me pareció mejor que la parte izquierda. Así que cambié la parte izquierda y, antes de darme cuenta, todo el cuadro desapareció. La pintura que estaba casi terminada aquí no se veía mal, se veía bien. Pero tenía casi demasiado buen aspecto. Es como si no hubiera experimentado nada con él. Era demasiado pintura. No había experimentado lo suficiente con él. No quiero decir que tenga que luchar siempre con él. No quiero decir eso exactamente. Pero parecía demasiado lo mismo, si usted sabe lo que quiero decir. Me parecía demasiado como si fueran adiciones, esto y lo otro y lo de más allá. Mientras que lo que siempre busco es una gran simplicidad en la que todo esté ahí y no pueda ser esto y lo otro y lo de más allá. Hay algo parecido a la muerte en un cuadro terminado. Sucede una especie de muerte y entonces me siento inclinado a destruirlo. La destrucción de cuadros es muy interesante para mí y casi crucial. A veces me encuentro con que lo que he destruido hace cinco años lo pinto ahora, como si cuando aparece por primera vez tampoco estuvieras preparado para aceptarlo, ¿sabes?
Philip Guston
Una vida vivida, 1980