14.5.10

Las palabras lejano, antiguo y otra análogas son muy poéticas y agradables, porque sugieren ideas vastas e indefinidas... Las palabras noche, nocturno, etc., las descripciones de la noche son muy poéticas, porque, al confundir la noche los objetos, el alma no concibe sino una imagen vaga, indistinta, incompleta, tanto de áquella como de su contenido. Así también oscuridad, profundo, etc., etc.

...la luz del sol o de la luna, vista en un lugar donde aquéllos no se vean y no se descubra la fuente de la luz; un lugar sólo en parte iluminado por dicha luz; el reflejo de esa luz, y los varios efectos materiales que de él derivan; el penetrar de aquella luz en lugares donde resulte incierta y difícil, y no se distinga bien, como a traves de un cañizo, en un bosque, a través de balcones entrecerrados, etc., etc.; dicha luz vista en lugar, objeto, etc., donde no entre y no dé directamente, sino que sea reflejada y difusa por algún otro lugar u objeto etc. donde vaya a dar; en un vestíbulo visto por dentro o por fuera, y también en una galería, etc., esos lugares donde la luz se confunde etc. etc. con las sombras, como debajo de un soportal en una galería alta y en saledizo, entre las rocas y los desfiladeros, en un valle, sobre los montes vistos desde el lado de la sombra de manera que dore sus cimas; el reflejo que produce, por ejemplo, un vidrio coloreado en los objetos en los cuales se reflejan los rayos que pasan  por dicho vidrio; todos aquellos objetos, en fin, que en razón de sus diversos materiales y mínimas circunstancias, llegan a nuestra vida, oído, etc., de manera incierta, poco definida, imperfecta, incompleta, o fuera de lo común, etc.

Es agradabilísima y sentimentalísima la misma luz en las ciudades, donde la recortan las sombras, donde lo oscuro contrasta en muchos lugares con lo claro, donde la luz en muchas partes se degrada poco a poco, como sobre los tejados, donde algunos lugares apartados ocultanla vista del astro luminoso, etc., etc. A este placer contribuyela variedad, la incertidumbre, el no verlo todo y por lo tanto el poder volar con la imaginación hasta aquello que no se ve. Lo mismo digo de los efectos análogos que producen los árboles, las alamedas, las colinas, las pérgolas, las alquerías, los pájaros, las irregularidades del suelo, etc., en los campos. Por el contrario, una llanura vasta y toda igual, donde la luz planea y se difunde sin diversidad y obstáculo, donde el ojo se pierde, etc., es también agradabilísima, por la idea indefinida en extensión que deriva de esa vista. Lo mismo un cielo sin nubes. A propósito de lo cual observo que el placer de la variedad y de la incertidumbre prevalece sobre el de la aparente infinidad y de la inmensa uniformidad. Y por lo tanto un cielo sembrado de nubecillas es tal vez más placentero que un cielo enteramente puro; y a la vista del cielo es quizá menos agradable que la de la tierra y de los campos, etc., porque es menos variada (y también menos semejante a nosotros, no nos es tan propia, pertenece menos a lo nuestro, etc.). En efecto tendeos boca arriba de manera que sólo veáis el cielo, separado de la tierra: vuestra sensación será mucho menos grata que cuando miráis los campos, o el cielo es su correspondencia y relación con la tierra y conjuntamente con ésta desde un mismo punto de vista.
Es gratísima también, por las mencionadas razones, la visión de una multitud innumerable, como la de las estrellas, o de personas, etc., un movimiento múltiple, incierto, confuso, irregular, desordenado, una vaga ondulación, etc., que el alma no pueda determinar ni concebir definida y diferenciadamente, etc., como el de una muchedumbre o un gran número de hormigas o el mar agitado, etc. Análogamente una multitud de sonidos irregularmente mezclados y no distinguibles uno del otro, etc., etc., etc.


Giacomo Leopardi
Zibaldone



¡Esto es, pues, lo que nos pide Leopardi para hacernos gustar la belleza de lo indeterminado y de lo vago! Una atención extremadamente precisa y meticulosa.

Italo Calvino
Seis propuestas para el próximo milenio