9.2.25

Cabeza, 1933. Pablo Picasso






RETRATO DE UNA MIRADA


quien mira entra en el silencio

y por el silencio entra en la imagen


vienen entonces las viejas cosas de siempre

las cosas que viven en la memoria


su pátina toma enseguida la forma

de todo loque se está viendo


es la sustancia del presente


no se ve nunca el presente

se confunde por completo con la vista


se ve tan solo lo que ocurre

al mismo tiempo que él y por él


no se ve nada más que eso

que en él bulle y lo ocupa y lo llena


y lo transforma en lugar de acontecimiento

mientras que él es lo que se mueve


nuestra mirada siempre persigue el gesto

sin ver que es diagrama del tiempo


cotidiano ritual instintivo o sabio

el gesto es una palabra para el ojo


el ojo sin embargo solo percibe un acto

pone su nombre en la boca


todo lo visual lo vela el vocabulario

infinitos y mínimos pliegues sonoros


que borran que disimulan hacen reinar

el saber en lugar del amor


tenemos ante nosotros el fondo de la mente 

más a menudo que el rostro del Otro o el mundo


a veces la sorpresa nos pone de nuevo cara a cara

es un grito de pronto en los ojos


un grito de luz un desgarrón

por el que penetra la vida y va entonces más rápido


que lo ya conocido ya clasificado etiquetado

se diría sí que todas las cosas ahora


son lanzadas sin orden al fuego vivo

de una fiesta bárbara carente de palabras


para clavarlas una a una en los postes del lenguaje

qué vida no se cansa de la vitalidad


la extrañeza no está fuera está

en nosotros en la impotencia de devolver a su lugar


el espectáculo y a nosotros mismos ante él

contemplándolo desde el fondo de la distancia


(...)

hay imagen como hay a veces

una llama de aire en la punta de los dedos


un gesto que de pronto crece en un impulso

y queda así envuelto por lo que tiembla


(...)

las imágenes no convocan más que a su porvenir

por eso la ilusión llama en ellas


a dar forma a lo falso para que la falsedad

sea capaz de traer a su contrario


a través del movimiento la dinámica

del movimiento es idéntica a la respiración


(...)

y el propio aliento es idéntico

a la evaporación de la realidad todo el vaho


(...)

el lejano afuera no está nunca muy lejos

del profundo adentro el país de los ojos


puesto que perfora la memoria en vez

de pender del reloj o del péndulo


(...)

pero cuál es la función del teatro sino


poner en evidencia la comunidad

de los significados y si los ojos las manos


relatan al mismo tiempo en lo visible

lo que el aliento y el sonido proyectan en el aire


¿no es para hacernos conscientes del placer

doble que nos proporcionan el oído y la vista


atravesando nuestro rostro?


el mundo está ahí como un lenguaje

que nadie todavía habría aprendido


(...)

el viento arroja al mar la palabra "viento"

para no ser en nuestros ojos más que el solo furor


de una vieja memoria violenta y visitada


las imágenes extraen signos de nosotros

que son el recuerdo del porvenir


la evidencia en ellas es una máscara

donde el pasado representa el presente


(...)

siempre tocando el borde siempre

llevando las formas hacia su nombre


(...)

así el fuego no es una ilusión

puesto que arde en el fondo de nuestros ojos


su realidad solo necesita la nuestra

para hacer que sea más real


como hace el espejo cuando representa

quien nos parece que somos


(...)

la apariencia se ha hecho carne

disipándose en la presencia.


Bernard Noël

El resto del viaje y otros poemas